Reconocí, encuadernados en seda amarilla, algunos tomos manuscritos de la Enciclopedia Perdida que dirigió el Tercer Emperador e la Dinastía Luminosa y que no se dio nunca a la imprenta.
Esto fue posteriormente reemplazado por cartón de fibra de cuerda, elaborado originalmente para encuadernados de alta calidad a fines del siglo XVII, aunque luego como una opción más barata.
Una tarde que Comepapel dormía la siesta entre un montón de folios que había en mi mesa, sin darme cuenta lo grapé a una redacción que acababa de hacer.