Además de las características oligopolísticas del mercado, la elevada cuantía de las comisiones se debe a las restricciones cambiarias oficiales en los países receptores.
Era necesario eliminar obstáculos costosos a la inversión privada y facilitar la canalización de los ahorros hacia la creación y ampliación de las empresas privadas.
Además, se estimó que, para que fuera comercialmente viable, una definición de “firma electrónica” debía ser poco complicada y no resultar cara en la práctica.
Cuando no invertimos adecuadamente en la consolidación de la paz, resulta que pagamos mucho más por esfuerzos reiterados de mantenimiento de la paz más adelante.
Ya vimos fotos de paellas servidas en restaurantes de renombre, cobrando precios estratosféricos en el extranjero, donde el arroz claramente no es de grano corto.
No pudimos mantener el ritmo de las emisiones con métodos naturales y las soluciones tecnológicas son caras y exigen gran cantidad de almacenamiento permanente.