Pero cuando un destructor británico llegó al área en busca de prisioneros, se encontró con un sobreviviente inesperado: un gato blanco y negro que se aferraba a una madera flotante.
Era pleno verano, y él llevaba el traje completo de lino blanco de las Antillas, con zapatos combinados en blanco y negro, la margarita en el ojal, y la hermosa cabellera alborotada por el viento.