Hay una frase de un escritor francés, premio Nobel, François Mauriac, que decía una cosa muy llamativa:
"Hay que tener el espíritu duro y el corazón blando".
El corazón blando porque, si no, nos convertimos en pedernales y no compadecemos y no queremos.
Pero el espíritu duro, porque vamos a tener, muchas veces, que tomar decisiones que tengan, algunas veces, que frenar a nuestro corazón o a ciertas partes de nuestro corazón.
Una de ellas puede ser el miedo.
Para hablar de estos temas, vamos a ver lo que nos dice María Jesús Álava.
¿Cómo han cambiado los miedos de los adolescentes actuales en relación a las generaciones anteriores?
Tenemos que asumir que, efectivamente, aun habiendo miedos que, en lo fundamental, existen, hay cambios muy objetivos, porque la realidad ha cambiado, porque el entorno es muy distinto, porque antes las cosas estaban razonablemente claras.
Es decir, un adolescente, cuando decía "¿qué quiero ser en un futuro?".
"Bueno, pues voy a ser médico, voy a ser abogado, voy a ser dibujante, lo que quieras".