Muchísimas gracias.
Sr. Presidente, Sr. Secretario General, estimadas y estimados Jefes y Jefas de Estado y de Gobierno, a todos los distinguidos invitados del día de hoy.
Es para mí un honor poder estar con ustedes en esta Asamblea General por primera vez.
Vengo de Chile, que es un hermoso país situado en el extremo sur de América, entre la Cordillera de Los Andes, que es la columna de nuestro continente y el majestuoso e imponente Océano Pacífico.
Un país que tiene una geografía diversa y paisajes conmovedores, en donde conviven juntos los cielos más claros con los mares más tempestuosos, y el desierto más seco, con ciudades hechas de lluvia.
El pueblo chileno, como quizás algunos de ustedes conocen, es trabajador y solidario.
Gracias a su esfuerzo hemos pasado en algo más de dos siglos de ser la colonia más pobre de España en América a ser un país independiente, libre, soberano y pujante.
Un país con tremendas oportunidades, que hoy está a las puertas de un desarrollo integral, y que estamos trabajando para que sea para todos y no para unos pocos.
Un país que tiene cobre y litio para la electromovilidad, un país con hidrógeno verde en desarrollo para proveer de energías limpias al mundo, un país con largas costas y áreas marinas protegidas para cuidar al medio ambiente.
También, con universidades de primer nivel para crear y compartir conocimiento.