Iván es uno de los más de 500 rusos que han pedido asilo en España en los últimos dos años. Dejó San Petersburgo porque es pacifista y objetor de conciencia
Me encantan Palmeiras, ese parque de María Luisa, nuestra universidad, fábrica de tabacos, Plaza de España, Alameda.
Para que Iván, que es un nombre ficticio, pueda hoy hablar de lo que le gusta de Sevilla, primero tuvo que aceptar que se había convertido en un enemigo del gobierno ruso.
Él se fue antes de que empezara la guerra en Ucrania.
Es uno de los muchos objetores de conciencia que abandonaron su país porque el servicio militar es obligatorio.
Ahora ha pedido asilo en España, estudia arqueología y vive de la ayuda humanitaria.
Para los rusos que no quieren combatir, prácticamente la única opción es dejar su país sin fecha de vuelta.
Soy Ana Fuentes.
Hoy en El País.
Iván no quiere ser soldado.
Por estudiar en la universidad a un hombre le dan aplacimiento.