Creo que los que estáis ahí sabéis que, no hace mucho tiempo, sufrí un ataque al corazón.
Estando ingresado, una enfermera, ya mayor, me hizo una de las preguntas más raras que jamás me han hecho en mi vida.
Me dijo: ¿usted cree en la cultura popular?
¿Por qué cree usted que la gente dice 'te quiero con todo mi corazón' y no 'te amo con todos mis riñones o con todo mi cerebro'?
Me dijo que era porque el corazón no es solo un órgano que manda oxígeno a todo tu cuerpo, sino que es el almacén de nuestros sentimientos.
Me explicó que después de una experiencia traumática, como un infarto, nos ponemos muy tristes y que solo nos recuperamos, solo volvemos de verdad a la vida, cuando nuestro corazón vuelve a bombear nuevas emociones, nuevos sentimientos.
De alguna manera, hoy siento que todos estamos saliendo de un ataque de corazón.
Y os puedo decir que aquella enfermera tenía razón.
Estar vivos no es solo volver a respirar, no.
Es volver a fabricar emociones, a descubrir el regalo más grande que tiene la vida: las personas que amas, la buena gente, pasear y sentir el sol y el mar.