Señoras y señores,
el español, como ya muchos saben, es el segundo idioma materno más hablado del mundo, tras el chino mandarín.
Es la segunda lengua de comunicación internacional únicamente superada por el inglés.
Con unos 496 millones de habitantes nativos, alcanzan los 595 millones si se le suman los usuarios potenciales.
En fin, hay muchas maneras de medirlo, pero es indudable su crecimiento, su proyección.
Permítame un dato, hay muchos más, pero permítame un dato que a mí me llama especialmente la atención y es que en el año 2100, se prevé que el 6,3% de la población mundial podrá comunicarse en español.
En Madrid, del 70 aniversario de ASALE, escuché algo muy cierto y sobre lo que seguramente no hemos reflexionado lo suficiente.
América es un continente en el que se pueden atravesar sus diferentes y diversas naciones de norte a sur sin cambiar de idioma.
El español, con toda su riqueza y variedad que hace de nuestra lengua un idioma vivo, abierto, que se construye entre todos cada día a medida de nuestras sociedades y del cambio en nuestras sociedades.
Si tenemos esa potencia, esa fortaleza, si ante nosotros se está abriendo un horizonte nuevo para la humanidad, tenemos la oportunidad de que nuestra lengua, además de universal y más trascendentequizás ahora en estos tiempos, sea cada vez más global.