Soy neuropsicóloga, me dedico a estudiar la relación que existe entre el desarrollo del cerebro y todas sus manifestaciones conductuales.
Actualmente, mi labor principal se basa en realizar los diagnósticos de los diferentes trastornos del neurodesarrollo como déficit de atención, trastornos de aprendizaje, discapacidad intelectual, autismo, entre otros.
En los últimos años, me he especializado en la atención a niños, adolescentes y adultos con trastorno del espectro del autismo o como comúnmente lo llamamos TEA.
El TEA es una condición de origen neurobiológico, el cual se caracteriza por la dificultad para comunicar e interactuar con otras personas y además se acompaña de comportamientos que llamamos atípicos.
Y es un espectro porque estas manifestaciones son muy diversas y también varía la intensidad con la que se presentan.
De tal manera que existen personas con esta condición un poco más acentuada y otros más leves, que incluso pueden pasar completamente desapercibidos.
Son justo estos últimos los que han captado mi mayor atención, puesto que muchos de ellos no reciben un diagnóstico o son mal diagnosticados y por lo tanto tienen un tratamiento poco específico.
En mi experiencia he ido identificando algunos casos que no encajaban en ningún cuadro clínico específico.
Eso motivó mi interés para seguir estudiando, comentándolo con otros colegas casos similares y poco a poco he ido creando un perfil conductual que aunque similar, muy diverso;
como por ejemplo, el caso de Renata, se los platico.