La mayoría de nosotros tenemos el click fácil.
No pensamos que algo tan cotidiano pueda traer problemas, y eso es lo que pasa cuando alguien es víctima de una estafa online o cuando una computadora se infecta con un software malicioso.
Podemos tomar medidas de protección técnicas, pero al final es el usuario quien decide cómo actuar, y por eso se dice que el ser humano es el eslabón más débil de la cadena de la seguridad.
Muchas etapas virtuales son como "el cuento del tío", pero en versión digital.
Por eso conviene no subestimar el poder de un simple click.
Cualquiera podría ser víctima.
Todos conocemos algún caso cercano o propio en el que se infectó un sistema y los archivos quedaron secuestrados perdiéndose documentos importantes, a veces de empresas o archivos personales como fotos familiares y textos.
Es complicado.
Esas cosas están organizadas por redes de ciberdelincuentes muy profesionalizados.
Y su motivación principal es el dinero, aunque a veces también puede ser por temas políticos e ideológicos.
