10.La situación de ella, sobrado equívoca en Concordia, exigía una sanción social que debía comenzar, desde luego, por la del futuro suegro de su hija.
11.Hasta el mismo lord Canterville, como hombre de la más escrupulosa honradez, se creyó en el deber de participárselo al señor Otis cuando llegaron a discutir las condiciones.
12.De aquel lugar, sin embargo, nos espantó una vecina: en el edificio de al lado residía una de las mejores modistas de la ciudad, una costurera de cierta edad y sólido prestigio.
13.Así creció la fama de los juegos de rol como una actividad vinculada a lo oculto, lo esotérico e incluso lo maligno ¡Hasta se hacían cómics donde se advertía que sus jugadores se podrían convertir en hechiceros diabólicos y asesinos!