Traté de mantenerme despierta para deciros que había llegado tía Josephine y que teníais que dormir arriba, pero estaba tan cansada que me quedé dormida.
Nos encontramos en la planta de abajo del Villa-Rosa, que era precisamente donde se realizaban las fiestas privadas, los señoritos con los artistas que elegían arriba en la sala principal.
Intento trabajar, ¿sabéis? Tengo que terminar un informe para la oficina, y resulta muy difícil concentrarse cuando la gente no para de subir y bajar la escalera haciendo tanto ruido.