Asimismo han desaparecido 130 embarcaciones, 18 embarcaciones de transporte fueron destruidas y también se perdieron muchos frigoríficos para el almacenamiento de langostas.
Sin embargo, la plaga de la langosta del desierto ha demostrado la insuficiencia de esas medidas así como la necesidad de definir nuevamente una estrategia en la materia.
Asimismo, el año pasado se produjeron varios desastres naturales de consecuencias devastadoras, como los huracanes del Caribe, las plagas de langostas del Sahel y el tsunami del Océano Índico.
Si bien los requerimientos iniciales de apoyo eran modestos en términos de dólares, la respuesta inmediata pudo haber impedido el hambre que siguió al flagelo generado por las langostas.
Hemos proporcionado asistencia para luchar contra las enfermedades epidémicas y para superar las consecuencias de catástrofes naturales como las inundaciones, las sequías y las plagas de langostas y de otro tipo.
La estrategia que se adoptó se centró en combatir la langosta y se prestó atención insuficiente a mitigar los efectos de la plaga sobre los medios de subsistencia locales y el medio ambiente.
A pesar de las alertas tempranas fidedignas, una plaga de langostas del desierto atacó más de 10 países en el África occidental y septentrional, destruyendo cosechas que abarcaban una extensión de millones de hectáreas.
La mayor frecuencia con que ocurren los huracanes en el Caribe y en el Golfo de México, las nubes de langostas en África y el tsunami en el Océano Índico fueron desastres muy devastadores.
Pero piensen en una langosta, es muy parecida a un insecto gigante repleto de patas y antenas que alguna vez fue considerado alimento repulsivo e inferior.
Durante los brotes más grandes, las langostas devoraron todos los cultivos en su camino, así como también, supuestamente, postes de cercas, cuero y la lana de las ovejas.
Y después de los brotes, las poblaciones de langostas normalmente regresaban a sus nidos de siempre en los valles de las montañas rocosas del norte para poner sus huevos.