María dos Prazeres hizo renovar el baño y la cocina, forró las paredes con colgaduras de colores alegres y puso vidrios biselados y cortinas de terciopelo en las ventanas.
Al poco rato Elaine tuvo que levantarse, apartar la mortaja de oro y las colgaduras de negro color y mirar tonta- mente una gran grieta que cruzaba el fondo de la barca por la que el agua entraba tumultuosa.