Su traje era de raso gris, la falda y las anchas mangas de bullones estaban bordadas con plata, el rígido corpiño adornado con hileras de perlas finas.
Suspiraban por la guerra, lloraban por la suerte de los suyos en España secándose las lágrimas con una punta del pañuelo que guardaban arrebujado en la manga.