Pero la belleza de las flores blancas le turbaba, y su esencia fue dulce a su olfato; y otras palabras vinieron a sus labios, y no habló de la ira de Dios, sino del Dios cuyo nombre es Amor.
Y en esa incomodidad que produce el actualizar estos sentidos, como dices tú, creo que está bueno el trabajo con una terapia o con alguien que te permita entender qué te está pasando y te ayude con esa incomodidad.