Entró con la camioneta de feria hasta el patio del claustro, y allí hizo una función prodigiosa de casi tres horas que las reclusas gozaron desde los balcones, con gritos discordantes y ovaciones inoportunas.
Rubiales se ha quedado solo, también en el mundo del fútbol anoche, las federaciones territoriales pidieron por unanimidad su dimisión, incluidos muchos de los que, hace sólo unos días, aplaudieron su discurso en la Federación.
En esos años, escribir fue jugar un juego que me celebraba la familia, una gracia que me merecía aplausos, a mí, el nieto, el sobrino, el hijo sin papá, porque mi padre había muerto y estaba en el cielo.