Deseosa de respetar una conciliación justa entre preocupaciones militares y humanitarias, Francia está permanentemente empeñada en reducir al máximo los daños colaterales.
Un ataque que cause bajas o daños incidentales excesivos en relación con la ventaja militar concreta y directa anticipada sería desproporcionado y prohibido.
No obstante, las disputas y tensiones internas han continuado, junto con los incidentes de violencia, que son un subproducto de este tipo de atmósfera.
La Ley de prevención del terrorismo facilita el arresto arbitrario, las detenciones prolongadas de sospechosos sin juicio y los abusos que todo ello conlleva.