En algunos Estados parte el comercio ilícito de fauna y flora silvestres no se considera delito y es tratado con arreglo a reglamentaciones administrativas.
Además, Marruecos procuraba que su servicio de aduanas y fronteras cumpliera con las disposiciones de la CITES, evitando todo movimiento internacional de especies silvestres protegidas.
Este repentino y creciente flujo de retornados plantea importantes problemas de salud pública como brotes de enfermedades y transmisión del poliovirus salvaje.