Unas fuentes cercanas le avisaron que los líderes de dos bandas criminales querían asesinarla por lo que había escrito sobre ellos en algunos reportajes.
Aunque aparentaron ignorar lo que ambos sabían, y lo que cada uno sabía que el otro sabía, desde aquella noche quedaron mancornados por una complicidad inviolable.
No sabía una palabra de la fuga de la señorita Darcy, pues se había mantenido estrictamente en secreto, y Elizabeth era la única persona a quien había sido revelada.