¡Horrible! Entonces vieron que era una princesa de verdad, puesto que, a pesar de los veinte colchones y los veinte edredones, había sentido el guisante.
¡Qué rabia le dio! ¡Con lo que le gustaban, no podía permitir que una se desperdiciara tontamente! Gruñendo, descendió a toda velocidad del árbol para recuperarla.
Aprovechemos esta fecha para reflexionar sobre el cuidado de nuestro hogar, demostrando que cada uno de nosotros puede aportar un granito de arena a esta lucha por la sostenibilidad.
Delaura había soñado que Sierva María estaba sentada frente a la ventana de un campo nevado, arrancando y comiéndose una por una las uvas de un racimo que tenía en el regazo.