Pero como las dos toneladas de una viga, mientras no están en el puerto, no pesan dos escrúpulos en caja, Castelhum y Cía. distaban muchísimas leguas de estar contentos.
Resulta casi increíble el indescriptible esfuerzo que suponía hacerlo todo, especialmente traer las vigas del bosque y clavarlas en la tierra puesto que las hice más grandes de lo que debía.
La firma Castelhum y Cía., no obstante la flotilla de lanchas a vapor que lanzó contra las vigas —y esto por bastante más de treinta días— perdió muchas.