Pero cuando no conocemos eso (o incluso sabiendolo) tenemos preferencia por un estilo artístico que copia de manera más fiel la realidad, como el renacentista.
Estéticamente, el barroco se caracterizó, en líneas generales, por la complicación de las formas y el predominio del ingenio y el arte sobre la armonía de la naturaleza, que constituía el ideal renacentista.