Las novias jóvenes son considerablemente más comunes que los novios jóvenes, especialmente en determinados sectores de la población como los judíos ultraortodoxos, los judíos georgianos, los musulmanes, los drusos y los beduinos.
Ciertas prácticas como pagar una dote o poner precio a la novia corroboran la idea de que el hombre compra literalmente a la esposa y tiene derecho a hacer con ella lo que desee.
El Código Civil está claro; la edad mínima para contraer matrimonio debería ser de 21 años, el precio de la novia es ilegal e inmoral y el matrimonio requiere el consentimiento de ambas partes.
También existe el problema del precio de la novia que paga el novio al contraer matrimonio, que según se indica en el informe está prohibido por la legislación del Gabón, pero que sigue siendo una costumbre arraigada.