Cabe señalar aquí que, en caso de separación, los árbitros tienen autoridad ilimitada para evaluar el maltrato, puesto que su decisión no necesita estar fundamentada.
Las obligadas a prostituirse corren un elevado riesgo de maltrato físico y mental y de contraer enfermedades de transmisión sexual, además de comprometer, como es lógico, su futuro.
Es necesario también ampliar el acceso a las vías legales de migración para que las mujeres que buscan migrar sean menos vulnerables a la explotación, el maltrato y la trata.