Algunos estudios han demostrado que la sospecha de infidelidad femenina contribuye de manera importante a los homicidios de mujeres cometidos por sus maridos.
No existen datos concretos sobre, por ejemplo, el aumento de la violencia a resultas de trastornos mentales, como la tasa de aumento de suicidios y homicidios.
El Estado informante debería estudiar la posibilidad de calificar esos delitos como homicidio con agravantes, a fin de garantizar que se imponga a los autores la pena máxima.
En varios distritos se han presentado denuncias sobre detenidos que han permanecido encarcelados más allá de los diez días prescritos por la ley para los casos de presunto homicidio.
Por ejemplo, el homicidio es punible en virtud de la sección 237 del Código Penal, con independencia de la motivación que indujo a su autor a cometer tal acto.