Las gallinejas son entrañas de cordero fritas en su propia grasa que tradicionalmente se vendían en puestos callejeros en los barrios más populares de la capital.
A veces, los ronquidos de un valetudinario tiñoso o la respiración de una sordomuda en cinta que lloraba de miedo porque sentía un hijo en las entrañas.
Y con mucha, muchísima más frecuencia de lo deseable, el recuerdo de Ramiro me asaltaba de forma inesperada y me clavaba con furia un rejonazo en las entrañas.