En terrenos desfavorables, ya que no puedes atrincherarte en ello, debes apresurarte a salir.

Atrincherados con los rehenes, todos vestidos iguales.

A la primera señal de alarma, este había recogido unas armas y se había atrincherado allí con dos marineros y un grumete.

Cuando estás fuertemente atrincherado, te has hecho fuerte tras buenas barricadas, y no dejas filtrar ninguna información sobre tus fuerzas, sal afuera sin formación precisa, ataca y conquista de manera incontenible.

Por lo tanto, cuando quieras entrar en batalla, incluso si el adversario está atrincherado en una posición defensiva, no podrá evitar luchar si atacas en el lugar en el que debe acudir irremediablemente al rescate.