Cuando desembarcó con la ahijada en San Juan de la Ciénaga, apeló a las grandes reservas de su carácter y reconoció la ciudad contra todas las advertencias.
Que, aparte es mi ahijada, y entonces como paso mucho tiempo con ella, o a veces la tengo que cuidar, pues llevo algún chupete que su madre me ha ido dejando.