19.Me gustaría que Julia Bell pudiera verla; se da tantos aires con la sala de su madre... —¡Alfombra de terciopelo —suspiró Ana—, y cortinajes de seda!
20.Dígame, señor Bachiller -dijo a esta sazón Sancho-: ¿entra ahí la aventura de los yangüeses, cuando a nuestro buen Rocinante se le antojó pedir cotufas en el golfo?