Finalmente, en 1976, al comprobar que las pinturas estaban gravemente enfermas y corrían el riesgo de una definitiva desaparición, se cerraron al público.
Y cuando la nostalgia pareció atacarlo, miró un mural del rostro del Gran Hermano con lágrimas en los ojos, porque comprendió una verdad que ahora lo embargaba.
Y lo que bajo ningún concepto te puedes perder es la neocueva, que es la reproducción fiel de la cueva de Altamira, con sus increíbles pinturas rupestres.