Era un domingo de principios de agosto, ardiente y bullicioso, y no era fácil encontrar a alguien que supiera algo en las calles abarrotadas de turistas.
Había muchos invitados y todos hablaban, comían, bebían, y en tanto bullicio no me di cuenta de tus llamadas. Lo siento. ¿Y tú? , ¿dónde pasaste la Nochebuena?
Es difícil describirlo, pero se sentía como si Jessi se desconectara de lo que estaba sucediendo alrededor suyo, del trajín de manejar un bar ella sola.