Los anales del rey del Antiguo Egipto Tutmosis III describieron un maravilloso pájaro extranjero que "daba a luz diariamente".
Los zoroastrianos los consideraban espíritus cuyos gritos hablaban sobre la lucha cósmica entre la oscuridad y la luz.
Los romanos los llevaron en sus campañas militares para predecir el éxito de futuras batallas. Y hoy, este pájaro aún ocupa una importante, aunque mucho menos honorable posición: en nuestros platos.
El pollo moderno desciende principalmente del gallo bankiva, y parcialmente de otras tres especies estrechamente relacionadas todas nativas de India y el sudeste de Asia.
El bambú de la región produce enormes cantidades de fruta solo una vez cada pocas décadas.
La habilidad de la gallina bankiva para poner huevos a diario pudo haber evolucionado para sacar partido a estos raros festines, incrementando su población cuando la fruta era abundante.
Era algo que los humanos podían explotar sobre una base consistente, y la débil capacidad de volar de las aves y su limitada necesidad de espacio las hizo fáciles de capturar y almacenar.
Los primeros pollos domesticados, datan al menos de hace 7000 años, cuando no fueron criados como comida, sino para algo considerado menos sabroso hoy en día.
La agresividad de los machos reproductores armados con espuelas naturales en sus patas hizo de las peleas de gallos un entretenimiento popular.
Para el segundo milenio a.C., los pollos se habían extendido desde el valle del Indo a China y el Medio Oriente para pertenecer a colecciones reales y ser usados en rituales religiosos.