Una de las características de la lengua española, como también sucede en otras lenguas romances, es la utilización del signo de acentuación llamado tilde y otras señalizaciones ortográficas como la diéresis y la virgulilla sobre la n, con el fin de diferenciar la pronunciación de las palabras a través de la escritura y establecer reglas en la Ortografía.
Por eso prepárense a aprender el uso de los signos ortográficos del Español.
El uso de los signos ortográficos en el Español se remonta desde el siglo XV, ya que estos no existían en el Latín (a excepción de la diferenciación de las vocales largas y cortas).
Se cree que este uso fue influenciado por el Italiano, el cual fue el precursor del uso de estos signos muy seguramente por influencia del griego, en donde era ampliamente utilizado.
El uso del acento circunflejo y el acento grave fue desapareciendo rápidamente y solo sobrevivió el acento agudo, o también llamado tilde, el cual ha sido regulado por la Real Academia Española desde su fundación en 1713.
Comenzaremos hablando de la tilde y sus normas.
Hoy en día, la tilde tiene principalmente dos usos: Por un lado, se usa para determinar el acento tónico de una palabra, es decir, indica la sílaba que tiene la mayor intensidad en la pronunciación y se realiza colocando un acento agudo, el cual es una raya oblicua sobre la vocal de dicha sílaba.
Veamos las reglas básicas de la utilización de la tilde como acento tónico ortográfico.
Según la ubicación de la sílaba tónica, las palabras se pueden dividir en agudas, graves, esdrújulas y sobreesdrújulas.
Una palabra aguda es aquella que tiene el acento en la última sílaba.