Absolutamente todo lo que cada uno piensa de sí mismo y del universo, podría ser una ilusión.
Por lo que sabemos, somos reales y existimos en un universo que nació hace catorce mil millones de años y formó galaxias, estrellas, la Tierra y, por último, humanos.
Salvo que puede que no sea así.
Quizás no existamos realmente, y tanto nosotros como cuanto creemos que existe seamos el sueño de un universo muerto.
Suena de locos, pero podría ser una consecuencia inevitable de las mejores teorías científicas sobre el universo.
Bien, es demasiado, empecemos por el principio.
Para que la idea tenga sentido hay que comprender tres conceptos.
Uno, la flecha del tiempo.
¿Qué distingue el pasado del futuro?
Si ponemos una gota de tinta roja en un vaso de agua la vemos diluirse hasta abarcar todo el recipiente.
