Si México nunca hubiera perdido territorios a manos de Estados Unidos, sería actualmente el séptimo país más extenso del mundo, sumando un total de cuatro millones cuatrocientos mil kilómetros cuadrados, y contaría con importantes recursos naturales que se empezaron a explotar poco después de que estos territorios pasaran a manos de su vecino del norte.
¿Pero por qué sucedieron estas perdidas territoriales?
¿Se pudo haber evitado que sucediera?
¿Qué deparará el futuro para estos estados del sudoeste americano con el importante crecimiento de población de origen mexicano?
Las respuestas a estas preguntas, y mucho más, en este video. Después de su independencia en 1821, el estado mexicano heredó un importante territorio que administrar al norte del río Bravo, que sumaba alrededor de dos millones cuatrocientos mil kilómetros cuadrados.
Dentro de esta superficie se encuentran los estados actuales estadounidenses de Texas, California, Nuevo México, Arizona, Nevada, Utah, parte de Colorado y de Wyoming.
Mexico se encontraba con un enorme territorio a disposición, pero a su vez estaba escasamente poblado y vulnerable al ataque de los indios.
Los mexicanos vieron como una solución el asentar colonos en la zona, pero en lugar de solucionar algo, esta fue una de las causas de la pérdida de sus territorios.
El origen de esta catástrofe para México comienza en lo que ahora es el estado de Texas.
Esta región de América del Norte posee importantes extensiones de tierras fértiles y áreas donde abunda el pasto para el ganado, pero estaba escasamente poblada y era víctima de las incursiones de indios comanches, que solían atacar los ranchos para obtener armas, ganado y caballos.