¿La gente común y corriente es capaz de hacer cosas terribles?
Y si es así, ¿cuántos le darían una fuerte descarga eléctrica a otra persona inocente, sólo porque están siguiendo una orden?
Para responder a estas preguntas, podemos considerar el controvertido trabajo de un hombre que sólo quería encontrar respuestas al horrible pasado de su familia.
En 1961, Stanley Milgram, un joven psicólogo, quería descubrir cómo los ciudadanos comunes y corrientes podían cometer actos de maldad indescriptible en la Alemania nazi.
Su teoría: algunas personas hacen cosas horribles porque obedecen incluso a los líderes más malvados.
Para probar su teoría, Milgram diseñó un experimento inteligente que cambió para siempre nuestra comprensión del comportamiento humano.
El experimento de Milgram Involucró a 3 personas: Una autoridad, llamada experimentador, que estaba vestido con una bata de laboratorio para parecer poderoso.
Un voluntario, que fue asignado para ser el profesor.
Y una víctima, la llamada alumno.
El profesor era el sujeto de prueba, mientras que el experimentador y el alumno eran ambos actores.