Es verdaderamente placer encontrarnos de nuevo en esta entrega de los Premios Princesa de Asturias.
Desde luego, es una gran alegría poder hacerlo recuperando la normalidad.
Ver el Campoamor lleno, y comprobar el pleno desarrollo de las actividades de nuestra "Semana de los Premios", después de haber celebrado las dos últimas ediciones con las lógicas limitaciones derivadas de la pandemia, nos reconforta y nos anima.
Esta ceremonia recobra toda su plenitud, como sin duda merece; como también merecen, por supuesto, nuestros galardonados.
Pero esta alegría de vernos, de estrecharnos las manos o de darnos un abrazo no puede hacernos olvidar el recuerdo de tantos que perdimos, de la entrega y generosidad que tanto demostró nuestra sociedad.
Una ocasión como esta nos regala cada año la magnífica oportunidad de seguir conociendo historias de esfuerzo y de excelencia, de esperanza,de ilusión, a través de la obra y trayectorias de quienes realmente iluminan estos Premios.
Igualmente, nos permite seguir descubriendo la belleza de esta tierra, el alma y el generoso corazón de los asturianos.
Por ello, agradecemos vuestro afecto, vuestro recibimiento y vuestra hospitalidad.
Regresamos de nuevo a Asturias para participar en esta ceremonia de reconocimiento y generosidad, de cultura y gratitud.
Y lo hacemos la Reina y yo, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, renovando los sentimientos que, desde el principio, han forjado la razón de ser de estos premios.