Elevar la capacidad sustentadora de la ciencia y la tecnología.
Reforzaremos el apoyo a la investigación en ciencias básicas y en ciencias básicas aplicadas, intensificaremos la innovación original y fortaleceremos la consecución de avances rompedores en el campo de las tecnologías claves y medulares.
Completaremos el mecanismo de innovación en el que las empresas son los protagonistas y la producción se integra con la enseñanza y la investigación.
Ampliaremos nuestra cooperación internacional en innovación.
Fortaleceremos en todos los aspectos la protección de los derechos de propiedad intelectual, completaremos el sistema de indemnizaciones sancionadoras por violaciones de ellos y fomentaremos la invención, creación y aplicación de sus logros mediante su transformación.
La innovación científica y tecnológica es, esencialmente, una actividad creadora del ser humano.
Hay que respetar y confiar plenamente en el personal de la investigación científica, por lo que es preciso conferir a los equipos de innovación y a las personas calificadas líderes mayores facultades en la disposición de los recursos humanos, financieros y materiales, y en la toma de decisiones sobre la hoja de ruta de la tecnología.
Incrementaremos en mayor medida el porcentaje de fondos destinados a los costes indirectos de los proyectos de investigación básica y reformaremos a título experimental el sistema de sistema por el que los grupos de investigación científica determinarán a voluntad como utilizarlos, sin limitar los porcentajes correspondientes a cada rubro.
Hay que trabajar sobremanera para hacer que las medidas reformadoras del régimen científico y tecnológico se pongan en práctica y surtan efecto, en lugar de dejar que, por el motivo que sea, las políticas reformadoras se detengan en las palabras o los papeles.
Hay que acabar enérgicamente con la lacra del exceso de formalidades, al objeto de que el personal dedicado a la investigación científica pueda concentrarse en el saber, innovar y lograr avances rompedores.