Cada 17 de julio se celebra el día mundial del emoji.
Estos iconos que encontramos en todas las apps de mensajería y redes sociales han cambiado nuestra manera de comunicarnos.
Los emojis, tal y como los conocemos, nacieron en Japón.
A finales de los 90, creo que en el 99 más o menos, una compañía telefónica, Docomo, quería lanzar un nuevo modelo de móvil que permitiese enviar emails entre usuarios.
Su intención era la de poder añadir un toque de color o algo más personal a los mensajes que se enviaban a través de ese sistema de email.
El éxito fue increíble, brutal.
En marzo de 2019 el estándar que regula su uso recogía más de tres mil, pero… ¿cómo llega un emoji a ser un emoji?
Cada cierto tiempo el catálogo se amplía más y quien se encarga de que, por ejemplo, la paella haya acabado en nuestro teclado de WhatsApp es UNICODE. Unicode es una organización sin ánimo de lucro que se encarga de estandarizar los caracteres a nivel internacional.
No me refiero solo a los emojis, que de hecho son una adquisición bastante reciente, sino por ejemplo los caracteres alfabéticos.
De manera que se puedan ver de la misma manera entre diferentes sistemas operativos.