He intentado describir la situación: millones de personas están viéndose afectadas por las acciones de un grupo de tan solo 1.000 combatientes que deambulan por esas zonas.
Él también ha pintado las praderas maravillosas con sus colores pasteles y sus mujeres vestidas de muñecas preciosas y los perritos que estaban por allí.
Nos aseguró, muy en serio, que a partir de la media noche el espectro de Ludovico deambulaba por la casa en tinieblas tratando de conseguir el sosiego en su purgatorio de amor.
Con los labios entreabiertos y los ojos velados de fascinación, permanecía ocioso en la barca, y escuchaba, escuchaba hasta que la bruma marina se deslizaba a su alrededor, y la luna errante teñía de plata sus miembros bronceados.