Pese a esos animosos esfuerzos internacionales, no deberíamos hacernos ilusiones en cuanto al tiempo que se tardará en reconstruir las comunidades afectadas.
Para los millones de personas cuyas necesidades esenciales no están satisfechas, las tecnologías de la información y las comunicaciones siguen siendo un espejismo.
Tal situación es desfavorable para los jóvenes que pueden sentirse decepcionados de la educación, ya que existen pocas oportunidades de empleo para las personas muy calificadas.
Ese enfoque, basado en la costosa ilusión de que los mercados se pueden dirigir o controlar de alguna manera, ha demostrado ser incorrecto y se ha abandonado.
Sin embargo, queremos dejar bien en claro que no se hagan la ilusión de que podremos respaldar esa medida en el futuro, puesto que lo consideramos algo totalmente excepcional.
Los perpetradores de tales crímenes siempre imaginaron que sus acciones no se castigarían y que disfrutarían de inmunidad por su estatuto o por la situación internacional que les permitirían hacer lo que deseasen.