El humilde orador que tiene el honor de hablaros, estando de paso en esta capital, no ha podido menos de presentaros un espectáculo que seguramente os gustará mucho.
En el mes de febrero había renunciado a su cargo, partiendo entre el sentimiento del pueblo, muchos de cuyos componentes sentían un afecto nacido del largo contacto con el anciano ministro, a pesar de su fracaso como orador.